La enigmática desaparición de la nube de Neptuno se remonta al ciclo solar, desafiando las expectativas

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  • Neptuno, el planeta principal más externo de nuestro sistema solar, ha desconcertado a los científicos durante mucho tiempo debido al complejo comportamiento de sus nubes. A pesar de su gran distancia del sol, se ha descubierto que las nubes se correlacionan con la actividad solar más que con las largas estaciones del planeta.

    Un descubrimiento reciente de los astrónomos ha revelado un vínculo inesperado entre los patrones de nubes en Neptuno y el ciclo solar de 11 años, un fenómeno impulsado por la actividad magnética del sol.

    La revelación ha sido desenterrada a través de un análisis de más de tres décadas de observaciones de Neptuno por parte del Telescopio Espacial Hubble de la NASA, el Observatorio W. M. Keck en Hawai y el Observatorio Lick en California.

    "Me sorprendió lo rápido que desaparecieron las nubes en Neptuno... Esencialmente vimos que la actividad de las nubes caía en unos pocos meses", dijo Imke de Pater, profesora emérita de astronomía en UC Berkeley y autora principal del estudio.

    Las observaciones recientes indican una caída significativa en la cobertura de nubes desde 2019, lo que sorprende a los investigadores con la rapidez de este cambio.


    Dirigido por un equipo de la Universidad de California (UC) Berkeley, el estudio descubrió una conexión notable entre la capa de nubes del gigante de hielo y el ciclo solar, que implica que el campo magnético del sol experimenta cambios periódicos durante un ciclo de 11 años. El ciclo da como resultado variaciones en la actividad de las erupciones solares y el número de manchas solares.

    "Estos datos notables nos brindan la evidencia más sólida hasta el momento de que la cubierta de nubes de Neptuno se correlaciona con el ciclo del sol. Nuestros hallazgos respaldan la teoría de que los rayos UV del sol, cuando son lo suficientemente fuertes, pueden desencadenar una reacción fotoquímica que produce las nubes de Neptuno", dijo de Pater.

    Los investigadores descubrieron que alrededor de dos años después del pico del ciclo solar, se observó un aumento en la cobertura de nubes en Neptuno.

    Además, la abundancia de nubes parecía correlacionarse con el brillo del planeta, influenciado por la luz solar que se refleja en su superficie.

    La correlación proporciona una fuerte evidencia de que la radiación ultravioleta (UV) del sol podría iniciar una reacción fotoquímica en la atmósfera de Neptuno, lo que lleva a la formación de nubes.

    Al analizar más de dos ciclos y medio de actividad de las nubes que abarcan casi 30 años, el equipo notó una sincronización entre los cambios en el brillo de Neptuno y la cobertura de nubes, aunque con un retraso de unos dos años. El retraso se atribuye al tiempo necesario para que los procesos fotoquímicos conduzcan a la formación de nubes en los tramos superiores de la atmósfera de Neptuno.

    Las implicaciones del estudio se extienden más allá de la comprensión de los patrones climáticos de Neptuno. Los conocimientos obtenidos de la investigación contribuirán a una comprensión más profunda de los exoplanetas, que a menudo comparten rasgos similares a los de Neptuno.

    A pesar del notable progreso realizado, los científicos enfatizan la necesidad de continuar con las observaciones para monitorear la actividad de las nubes de Neptuno y explorar más a fondo la intrincada interacción entre el ciclo solar y la enigmática atmósfera del gigante de hielo.
    Los hallazgos fueron publicados en la revista Icarus.