Este incidente ocurrió en 2017, pero aún no se ha establecido qué sucedió exactamente. Sin embargo, mucho indica que este fue uno de los casos de combustión humana espontánea.
El 17 de septiembre de ese año, alrededor de la 1 p.m., John Nolan, de 70 años, caminaba por Orchard Place en el norte de Londres cuando de repente se vio envuelto en llamas.
Muchos transeúntes vieron cómo, justo frente a sus ojos, un anciano se incendiaba y caía. Alguien trató de arrojar su ropa sobre la víctima para apagar el fuego, pero la llama era inesperadamente fuerte y siguió ardiendo a pesar de todos los esfuerzos.
Solo los bomberos llegaron para apagar las llamas, y para ese momento Nolan yacía inmóvil y sin apenas respirar. Recibió quemaduras en el 65% del cuerpo y murió en el hospital al día siguiente.
Los investigadores se enfrentaron de inmediato al hecho de que no podían determinar el origen del incendio. Nada más resultó dañado en la acera donde estaba Nolan en el momento del incendio. No se encontraron rastros de quemaduras ni en el pavimento ni en la cerca más cercana.
No se encontraron rastros de líquidos inflamables u otras sustancias en el cuerpo de Nolan que pudieran provocar un incendio.
Según la policía, John Nolan era un "miembro amado de la sociedad" y no tenía enemigos ni conflictos conocidos en los que pudiera estar involucrado. Los vecinos lo describieron como una persona agradable con una disposición amable y maneras de caballero.
Una entrevista con testigos presenciales mostró que inmediatamente antes del encendido, Nolan no entró en contacto con otras personas, es decir, nadie le prendió fuego.
Una autopsia mostró que el hombre murió de quemaduras extensas. Aunque por alguna razón no se nombró si se trataba de quemaduras externas o internas.
Los investigadores finalmente especularon que la combustión espontánea podría haber sido la causa de la muerte de Nolan. Era lo único que podía explicar lógicamente su caso.
Oficialmente, en toda la historia, solo se han registrado unos 200 casos de combustión humana espontánea, pero lo más probable es que hayan sido muchos más, solo se registraron los casos más extraños.
Los científicos suelen descartar el fenómeno de la combustión espontánea espontánea como un hecho. Creen que son principalmente los bebedores los que sufren el fuego, cuya ropa y piel están empapadas de alcohol y se incendian fácilmente con cualquier fuente de fuego, incluso una pequeña, como un cigarrillo.
Algunos expertos sugieren que algo así como un "cortocircuito" o algún tipo de reacción química no estándar puede ocurrir en el cuerpo humano.
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